Tal vez el brócoli no sea una verdura que se suela utilizar en la elaboración de pesto, la tradicional salsa italiana para pastas originaria de Génova, Italia. Como el brócoli tiene un excelente valor nutricional y es un elemento común en mi dieta, decidí utilizarlo para elaborar una versión particular de pesto, esta vez en un pesto de brócoli y albahaca.
La receta tradicional de pesto que lleva albahaca, nueces de pino, queso parmesano (o equivalentes) y aceite de oliva, es un clásico y debe tener un lugar especial en cualquier cocina. Sin embargo, no es necesario contar con nueces de pino (no disponibles ni accesibles en cualquier región geográfica), ni tampoco albahaca, para hacer esta salsa verde tan famosa.
Siguiendo en esa misma línea, es decir no pensar en el pesto como una fórmula rígida sino más como un concepto, podemos experimentar con distintas verduras, nueces y quesos con el fin de incorporar mucho más pesto a nuestra vida. Si lo miras así, te darás cuenta de que cualquier posible combinación puede funcionar.
Agregar verduras de hojas verdes, como espinacas, perejil, acelgas y col rizada a tu pesto es una excelente manera de mejorar el valor nutricional de tu comida y utilizar todas las verduras de temporada, sin importar en qué región vivas. Adicionalmente, en las instrucciones de la receta indico cómo prepararlo tanto en su versión vegana como con queso.
Además el pesto es fresco y verde y tiene el equilibrio adecuado de sabores salados y terrosos. Puede transformar cualquier plato en una comida sabrosa y rica en nutrientes, desde ensaladas, sándwiches y pastas, hasta pollo y mariscos.
¿Puedo guardarlo en la refrigeradora o congelarlo?
Si tienes una huerta y has cosechado una buena cantidad de alguna verdura o conseguiste un lote a muy bajo precio, una forma de evitar que se eche a perder es elaborando un pesto y congelándo la parte no utilizada.
Puedes poner el pesto en frascos de vidrio o recipientes herméticos y guardarlo en el refrigerador durante aproximadamente una semana o en el congelador durante aproximadamente 6 meses. Asegúrate de etiquetar y ponerle fecha.
A continuación comparto la receta de este pesto de brócoli y albahaca.
Lee en este blog otras recetas que utilizan nueces o semillas para preparar salsas cremosas:
- Salsa Alfredo vegana
- Salsa huancaína vegana
- Pesto de albahaca vegano
- Salsa rosa para pastas
- Salsa de nueces para pasta
Receta de pesto de brócoli y albahaca
Variación del pesto de albahaca, en el que se ha utilizado brócoli en adición a la albahaca y se explica cómo hacerlo vegano.
- 1 taza de pecanas o nueces.
- 1/2 taza de cashew anacardos. Remojados en agua por al menos 5 horas o una taza de queso parmesano rallado. Si quieres preparar la versión vegana utiliza las nueces.
- 1 taza de hojas de albahaca. Deberás prensarlas un poco porque las hojas sueltas ocupan bastante espacio.
- 1 taza a una taza y media de floretes de brócoli sin cocer. De esa forma se aprovechan al máximo las propiedades nutricionales de este vegetal.
- 3/4 taza de aceite de oliva.
- ½ cebolla picada en trozos no tienen que ser muy finitos. La receta tradicional de pesto no incluye cebolla pero le aporta sabor, es opcional.
- 2 dientes de ajo picados gruesamente. De ser posible tostados o soasados.
- 2 y ½ cucharadas de levadura nutricional. Sólo en caso de que estés siguiendo la versión vegana.
- Sal y pimienta al gusto.
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Coloca una cucharada de aceite de oliva en una sartén caliente y luego añade la cebolla y los ajos, baja el fuego a medio y deja que se soasen por un par de minutos aproximadamente. Vuelca la cebolla y el ajo soasados en el recipiente del procesador de alimentos.
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Agrega las pecanas o nueces en el procesador y enciende hasta que hayas conseguido una consistencia parecida a migajas o arena. Si estas siguiendo la receta vegana, añade también los cashews sin el agua (reserva el agua). Debes tener cuidado de no procesar mucho porque se puede comenzar a hacer una pasta.
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Añade el aceite de oliva. Procesa hasta que obtengas una mezcla uniforme.
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Añade las verduras y el queso parmesano o la levadura nutricional, y sigue procesando. Con esas cantidades va a salir una mezcla espesa. De ser necesario agrega más aceite de oliva, el agua del remojo de los cashews o si lo prefieres agua caliente, hasta que la mezcla esté algo suelta, aunque no en la consistencia final. Sazona con sal y pimienta y procesa.
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Vierte el contenido del procesador en una olla y ponlo a calentar a fuego bajo, por unos minutos. La idea es que se integren los sabores, se elimine cualquier patógeno que pueda haber venido en las hojas (dependiendo de la procedencia) y también para que el ajo se suavice, en caso de que hayas utilizado ajo fresco. Si te parece que está muy espesa, puedes agregar más aceite de oliva o agua caliente. Ten en cuenta que luego de un tiempo se podrá más espesa.
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Prueba la sazón y corrige en caso de ser necesario.
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Lo que se usa de forma tradicional para hacer más suelta la mezcla de pasta y de pesto es agregar al plato una o dos cucharadas del agua de la cocción de la pasta.
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