Introducción
Actualmente, más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo, más del 60% de las cuales viven en países de ingreso mediano y bajo. Cada año, se reportan casi diez millones de casos nuevos.
La demencia es un término general que describe una amplia gama de síntomas:
• Un deterioro de la memoria
• Cambios en las habilidades de pensamiento
• Poco criterio y poca capacidad de razonamiento
• Disminución de la concentración y la atención
• Cambios en el lenguaje
• Cambios en el comportamiento
Estos síntomas afectan a la capacidad de una persona para hacer las actividades cotidianas por sí misma y es el resultado de diversas enfermedades y lesiones que afectan el cerebro. El mal de Alzheimer es la forma más común de demencia, siendo responsable por entre un 60 y un 80 por ciento de los casos de demencia.
El mal de Alzheimer se caracteriza por causar síntomas de demencia que empeoran progresivamente con el tiempo.
El Alzheimer y la demencia son enfermedades y no son una parte normal del envejecimiento.
La demencia es en la actualidad, la séptima causa de muerte y una de las principales causas de discapacidad y pérdida de independencia entre las personas de avanzada edad en el mundo entero. Representa un costo muy alto por las necesidades de atención de quienes la padecen.
En 2019, la demencia tuvo un costo para las economías de todo el mundo de US$ 1,3 mil millones y aproximadamente el 50% de esa cifra se refiere a la valorización de los servicios que prestan cuidadores informales (por ejemplo, familiares y amigos cercanos), que en promedio dedican unas cinco horas diarias a labores de atención y supervisión.
La demencia afecta de manera desproporcionada a las mujeres, tanto directa como indirectamente, siendo las mujeres las que ocupan el 70% de las horas de cuidados que reciben las personas que viven con demencia.
Base científica – Directrices de la OMS
En mayo del 2017 la 70° Asamblea Mundial de la Salud aprobó el plan de acción global sobre la respuesta de salud pública al deterioro cognitivo y la demencia para el período 2017-2025.
La visión del plan de acción es lograr que en el mundo se prevenga la demencia y la gente con demencia junto con sus cuidadores vivan bien y reciban el cuidado y soporte que necesitan para alcanzar su potencial con dignidad, respeto, autonomía e igualdad. La meta del plan de acción es mejorar las vidas de la gente con demencia, sus cuidadores y familias, al mismo tiempo que reducir el impacto de la demencia en ellos así como en sus comunidades y países.
Con el objetivo de actuar sobre las causas del Alzheimer o demencia y reducir la incidencia de la enfermedad, la OMS desarrolló un conjunto de directrices.
Dichas directrices proporcionan la base de conocimientos para los prestadores de atención de salud, los gobiernos, los encargados de formular políticas y otras instancias que tengan bajo su responsabilidad la definición de estrategias de salud pública.
La experiencia demuestra que muchos de los factores de riesgo para la demencia también son factores de riesgo para otras enfermedades no transmisibles.
La OMS convocó a un grupo de expertos internacionales (GEI) que hizo aportes sobre el alcance de las directrices mencionadas y formuló 12 áreas de intervención sobre las que habría que enfocarse para lograr una reducción del impacto del deterioro cognitivo y demencia.
En la imagen siguiente se listan las 12 áreas de intervención propuestas por el GEI convocado por la OMS, que se asocian con las causas del Alzheimer y la demencia.
Para mayor detalle sobre las 12 directrices de la OMS, seguir este link.
Base científica - Protocolo ReCODE del Dr. Dale Bredesen
Dale Bredesen es profesor de Neurología de la Universidad de California en Los Ángeles. A partir de sus investigaciones ha encontrado que la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia están relacionadas con nuestra nutrición y otros factores del estilo de vida, incluso cuando está presente la variante del gen ApoE4, que implica un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad.
Dale Bredesen ha estudiando la biología de la enfermedad de Alzheimer durante más de 20 años y a partir de sus investigaciones escribió el libro “El fin del Alzheimer” que ha sido un best seller del NY Times. El libro propone y demuestra que la enfermedad de Alzheimer se puede prevenir e incluso revertir si se detecta a tiempo, siguiendo su protocolo ReCODE.
Como muchos, el Dr. Dale Bredesen esperaba encontrar una única solución bioquímica a esta enfermedad (un fármaco). Sin embargo, en el libro explica por qué eso no es posible.
Al analizar las causas de la enfermedad de Alzheimer encontró que son múltiples e hizo el paralelo con un techo al que luego de una tormenta de granizo se le hicieron 36 agujeros (corresponde con el número de desbalances metabólicos que contribuyen a la enfermedad). A menos que tapemos todos los agujeros, cada vez que llueva, se pasará el agua.
Dale Bredesen consiguió por primera vez la mejoría de un paciente en el año 2014 al que denomina “paciente cero” y le dedica un capítulo del libro.
Desde entonces, Bredesen ha conseguido la mejora o reversión del deterioro cognitivo en más de 200 pacientes.
Su protocolo ReCODE (revertir el deterioro cognitivo, por sus siglas en inglés), ha sido desarrollado durante aproximadamente 5 años de estudio con pacientes y se llama, el Protocolo Bredesen 3.0. A través de su sitio web , se dedica a capacitar a profesionales para implementar el protocolo en todo el mundo.
¿Qué es el deterioro cognitivo?
El Alzheimer es un tipo de demencia que causa problemas con la memoria, el pensamiento y el comportamiento. Los síntomas generalmente se desarrollan lentamente y empeoran con el tiempo, hasta que son tan graves que interfieren con las tareas cotidianas. Entre los principales síntomas se pueden listar:
- Ceguera facial (dificultad para distinguir los rostros).
- Disminución en la claridad mental.
- Disminución de la capacidad de recordar lo que se escuchó o leyó.
- Reducción del vocabulario.
- Mezclar las palabras.
- Disminución en la velocidad para realizar actividades mentales.
Desde la década de 1980 prevalece la teoría de que el deterioro cognitivo se produce como consecuencia de un exceso de formación o la falta de eliminación de una sustancia proteica llamada beta amiloide. Los depósitos de esta sustancia pasan a formar placas y ovillos que se ubican en los espacios entre las neuronas del cerebro y cuya presencia eventualmente puede originar la muerte celular.
A esos espacios se les denomina sinapsis y permiten que las señales eléctricas se transmitan de una neurona a otra para que de esta manera podamos llevar a cabo las funciones cerebrales. Dicho proceso de acumulación de placa amiloide tiene efectos devastadores, provocando que las sinapsis dejen de funcionar. A partir de ese entendimiento se han desarrollado distintos fármacos con el fin de disolver o eliminar las placas o de neutralizar la formación del amiloide, antes de que se forme en placas.
A la fecha se han desarrollado cientos de fármacos que tienen como objetivo eliminar amiloides (+200) y se han invertido miles de millones de dólares en investigación. Muchos de ellos mostraron resultados prometedores en ensayos con animales. Sin embargo, hasta el momento ninguno de los fármacos desarrollados ha demostrado ser lo suficientemente seguro y eficaz en los ensayos clínicos.
En este contexto, ser eficaz significa haber detenido el avance o mejor aún, haber revertido el deterioro cognitivo o la enfermedad de Alzheimer. De ahí que, de acuerdo con la medicina convencional, no existe “nada que pueda curar el Alzheimer o detener su progreso”.
Tan es así que la transnacional Pfizer anunció en el año 2018 que pondría fin a sus esfuerzos de investigación en neurociencia, que tenían el fin de descubrir nuevos medicamentos para las enfermedades de Alzheimer y Parkinson. Su objetivo es reasignar el gasto a las áreas en las que tiene un fuerte liderazgo científico y que les permitan proporcionar un mayor impacto para los pacientes.
Todos esos fracasos han puesto una sombra de duda sobre lo que representa el dogma central en la investigación del Alzheimer, que se llama la hipótesis de la cascada amiloide. Esta hipótesis sugiere que la placa amiloide es la causa de la enfermedad y esta se acumula inexorablemente “de forma natural” con el paso del tiempo. De acuerdo con esa hipótesis las posibles estrategias para combatir la enfermedad pasan por eliminar de cualquier manera dichas placas.
La hipótesis de la cascada amiloide
Todos esos fracasos han puesto una sombra de duda sobre lo que representa el dogma central en la investigación del Alzheimer, que se llama la hipótesis de la cascada amiloide. Esta hipótesis sugiere que la placa amiloide es la causa de la enfermedad y esta se acumula inexorablemente “de forma natural” con el paso del tiempo. De acuerdo con esa hipótesis las posibles estrategias para combatir la enfermedad pasan por eliminar de cualquier manera dichas placas.
Ello es algo parecido al entendimiento sobre la formación de los tumores a partir de células cancerosas. Según este, las mutaciones genéticas se producen en forma espontánea sin que podamos hacer nada para evitarlo. Tanto en el cáncer como en el Alzheimer la enfermedad es consecuencia de que un sistema fisiológico no funciona como se esperaba y que algo está peligrosamente fuera de control.
La premisa de la cascada amiloide no explica qué es lo que ocurre para que se produzca la placa ni por qué se acumula en los espacios en el cerebro.
En realidad, tanto en el caso del Alzheimer como en el del cáncer, las placas amiloides o las células cancerosas no son la causa de la enfermedad sino que se producen como resultado de que el organismo está siendo agredido por la forma cómo nos alimentamos, el ambiente en el que vivimos o cómo nos movemos, etc.
Particularmente en el caso del deterioro cognitivo, hoy en día cada vez más neuro científicos y médicos están comenzando a reconocer que no se produce por un daño en el cerebro que hace que deje de funcionar correctamente sino que es el resultado de una respuesta del cerebro con el fin de protegerse.
La respuesta protectora del cerebro se produce contra ciertas amenazas lo cual es normal. Sin embargo en la mayoría de los casos cuando surge una amenaza, el cerebro responde, neutraliza la amenaza y luego se vuelve a la normalidad. El problema surge cuando esas amenazas son crónicas, múltiples, e intensas. En esta situación, las defensas del cerebro están permanentemente respondiendo a amenazas, lo que se convierte en un proceso crónico y en cierto punto los mecanismos de protección cruzan la línea y causan daño.
Nuestros organismos son sistemas complejos. Antes que ver al cerebro como un órgano aislado, debemos reconocer que nuestras células y sistemas fisiológicos trabajan en conjunto. Lo que hace que un sistema funcione correctamente o que falle puede hacer que otro sistema aparentemente no relacionado funcione igualmente en forma correcta o falle.
Al prevenir y de ser necesario corregir desbalances en nuestra bioquímica básica, podemos prevenir y mejorar funcionamientos errados antes de que una enfermedad se manifieste. La medicina convencional funciona con el criterio de atacar los síntomas que aparecen luego de que una enfermedad ya se ha manifestado, mientras que atacar la causa raíz de una enfermedad es algo muy diferente y más efectivo.
Ciertamente, un enfoque holístico que aborde todos los sistemas del cuerpo en forma integral es mucho más complejo que tratar un síntoma o un problema individual. Hay muchos factores o anormalidades potenciales que contribuyen al deterioro cognitivo o incluso al riesgo de deterioro cognitivo.
Imagen de un archivo de documentos
Un sistema eficiente de almacenamiento de memorias
De la misma manera que una persona que administra un archivo de documentos con un espacio limitado, el cerebro evalúa continuamente los documentos nuevos que ingresan, cuáles deben ser reemplazados y los que deben salir. Como hemos visto, retener las memorias requiere la formación de sinapsis. Cuando se necesita registrar una nueva memoria o aprender una nueva habilidad el cerebro decide modificar algunas sinapsis y crear otras nuevas. Esta actividad demanda energía, algunos “insumos” y actividad cerebral y también información de una serie de elementos, cada uno con un fin específico.
Cada elemento que transmite información tiene un receptor específico. Cada uno de los receptores informa su estado a un “receptor maestro” Dicho receptor consolida la información que envían todos los receptores y determina si el cerebro tiene suficiente “stock” de todos los insumos que necesita para atender todos los requerimientos de formación y mantenimiento de las sinapsis. En el caso de que haya suficientes insumos continúan las cosas de forma normal, mientras que si detecta que no hay suficientes comienza a trabajar en un modo en el que se reduce la cantidad de sinapsis en una o más regiones del cerebro.
Cuando somos jóvenes, estos dos procesos (construcción/mantenimiento de sinapsis y desmantelamiento de sinapsis) están en equilibrio dinámico. Cuando aprendemos, las sinapsis se forman y fortalecen. Cuando podemos permitirnos el lujo de olvidar (¿cuál era el modelo del auto por el que pasamos justo antes de llegar a casa anoche?), las sinapsis que una vez encarnaron esa memoria (a menudo muy brevemente, como en el ejemplo del auto) se dividen en partes, para ser recicladas en sinapsis que codifican recuerdos más importantes. Es decir, retenemos la información necesaria y desechamos el resto.
A medida que envejecemos, los insumos que necesita el cerebro para la formación de nuevas sinapsis o el mantenimiento de las existentes se hacen menos abundantes y paulatinamente se pone en marcha el proceso mencionado antes para reducir la actividad de las sinapsis.
El Dr. Dale Bredesen lo relaciona con el concepto de reducción de capacidad que se puede dar en una fábrica cuando no se cuenta con los insumos requeridos para seguir produciendo con el mismo volumen.
El cerebro pone en marcha procesos de emergencia
El cerebro pone en marcha procesos de “emergencia” para preservar solamente las funciones que necesita para mantenerse con vida y no gastar energía y otros recursos, en la formación de memorias que no necesita.
Por ejemplo ante la disyuntiva sobre si preservar la memoria de como hablar (o respirar o regular la temperatura del cuerpo) o recordar lo que paso en la última reunión con los amigos, el cerebro opta por lo primero.
El llegar a entender que existen docenas de moléculas que pueden afectar a ese receptor maestro que tenemos en el cerebro y que por lo tanto afectan las posibilidades de desarrollar Alzheimer, hizo más que sentar las bases para desarrollar el Protocolo ReCODE.
También el Dr. Dale Bredesen explica por qué determinados medicamentos (aprobados y experimentales) no han logrado detener y mucho menos revertir el deterioro cognitivo del Alzheimer. La razón es que las compañías farmacéuticas ante la situación de un techo lleno de decenas de agujeros producidos por una caída de granizo, lo que han hecho es concentrarse en un solo agujero. Como es lógico, si sólo se repara un agujero, la casa se llenará de agua en la siguiente lluvia.
El Dr. Dale Bredesen ha identificado en su laboratorio unos 36 agujeros. Es decir unos 36 elementos o insumos que pueden estar escasos para continuar con el trabajo del cerebro, por lo tanto que pueden llevar al deterioro cognitivo.
Ciertamente, lo que propone el Dr. Dale Bredesen es que en la medida que se vayan “tapando” esos agujeros se podrá obtener la reversión del Alzheimer. Sin embargo, no necesariamente deben ser tapados todos los agujeros. Existe un límite que debe alcanzarse para poder balancear las fuerzas a favor y en contra de las sinapsis y por ende comenzar a revertir el Alzheimer. Eso significa que no es necesario tapar todos los agujeros. En la medida que se haya tapado una cantidad suficiente de ellos, los demás ya no serán suficientemente grandes como para dejar pasar agua.
En cada persona con Alzheimer el tamaño de cada uno de esos agujeros es distinto. Desafortunadamente, todavía no se cuenta con una forma de determinar con cuántos de los agujeros una persona puede tener una función cognitiva normal, por lo tanto lo importante es tratar de tapar la mayor cantidad que se pueda, hasta obtener una mejora.
A continuación algunos ejemplos de acciones para “tapar” agujeros:
- Incrementar la autofagia
- Incrementar BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro)
- Reducir la homocisteina
- Incrementar la sensibilidad a la insulina
- Mejorar la sensibilidad a la leptina
- Mejorar la función de la mitocondria
- Reducir el daño producido por el estrés oxidativo
- Optimizar los niveles hormonales
- Reducir la inflamación
- Reducir el nivel de metales
- Incrementar GABA
Principales causas del Alzheimer
- Inflamación (causada por infecciones, la dieta u otras causas).
- Disminución y escasez de nutrientes, hormonas y otras moléculas de apoyo al cerebro.
- Sustancias tóxicas como metales o biotoxinas (venenos producidos por microbios como el moho).
Estas 3 causas son la consecuencia de una serie de factores y que se pueden agrupar en 5 principales aspectos sobre los que es importante poner atención si queremos disminuir el riesgo de que se desarrolle y/o revertir el deterioro cognitivo.
5 principales aspectos a poner atención para disminuir el riesgo de desarrollo y/o revertir el deterioro cognitivo
- Resistencia a la insulina
- Inflamación/infecciones crónicas
- Optimización de los niveles de hormonas y nutrientes.
- Eliminación de toxinas (químicas, biológicas o físicas).
- Restauración y protección de sinapsis perdidas (o disfuncionales).
El protocolo ReCODE recopila un conjunto de guías detalladas para realizar el diagnóstico e identificar todos los elementos de nuestro metabolismo que están influyendo en esos 5 elementos y también las instrucciones sobre lo que debemos hacer para restaurar el equilibrio en los casos en que se haya perdido.
El protocolo ReCODE - Introducción
Generalmente cuando estamos enfermos tenemos algún síntoma y eso nos hace pensar en ir al médico, con el fin de atacar el problema. Lo que ocurre con el deterioro cognitivo es que como otras enfermedades crónicas, se desarrolla silenciosamente durante años sin producir ningún síntoma y cuando produce síntomas, ya está bien establecida la enfermedad.
En el caso del Alzheimer, el tipo más común de demencia, típicamente la causa subyacente puede estar presente durante 15 a 20 años antes de comenzar a presentar síntomas.
Para empeorar las cosas, cuando desarrollamos síntomas como pérdida ocasional de memoria, tendemos a buscar excusas para convencernos de que es algo “esperable” a la edad.
Realmente, muchos de nosotros experimentamos esos momentos pero no significa que estemos padeciendo una enfermedad de Alzheimer en grado incipiente. Sin embargo otros si podrían.
Típicamente, cuando a una persona le diagnostican Alzheimer, luego de ciertas pruebas clínicas y de observación, la medicina no va más allá como para tratar de averiguar qué fue lo que incidió para que se desarrolle la enfermedad.
Da por hecho que no hay nada que hacer para evitar el avance, solamente prescribir medicamentos para ralentizar ese avance.
En otro orden de cosas, le recomiendan a los familiares que pongan atención en sus actividades relacionadas con el manejo de dinero o controlar la administración de los medicamentos.
Ese enfoque de la medicina convencional, que se conoce como reduccionista, se limita a obtener ciertos indicadores que le permitan diagnosticar con cierta certeza la presencia de la enfermedad. Sin embargo, no suele obtenerse una “foto completa” sobre la situación de la persona, que incluya por ejemplo si está siendo sometida a fuentes excesivas de estrés, cómo se alimenta, si duerme bien, etc.
De acuerdo con el Dr. Dale Bredesen, las personas que ya presentan síntomas de deterioro cognitivo casi siempre muestran entre diez y veinticinco valores de marcadores fuera de rango en la sangre. Por el contrario, las personas sin tales síntomas normalmente muestran sólo de tres a cinco. Lo bueno es que es posible lograr que cada uno de esos valores regrese a un nivel saludable e incluso óptimo, siguiendo el protocolo ReCODE.
El protocolo ReCODE se desarrolla sobre dos pilares fundamentales:
- La dieta anti-Alzheimer: Ketoflex 12/3.
- La restauración de la homeostasis (Estado de equilibrio en todos los sistemas del cuerpo) del organismo. Esto a partir de analizar los marcadores de laboratorio relacionados con los 5 aspectos mencionados anteriormente y propone recomendaciones para regular los que estén fuera del valor óptimo.
Protocolo ReCODE - La dieta anti-Alzheimer: Ketoflex 12/3
El Dr. Dale Bredesen recomienda una dieta que puede ser adoptada tanto si se sigue un estilo de alimentación omnívoro o vegetariano, orientada a prevenir o revertir el deterioro cognitivo.
En realidad no se trata de una dieta en el sentido de las dietas típicas que se ofrecen hoy en día con el objetivo de perder peso.
Se trata más bien de unas guías de alimentación que incorporan recomendaciones para restaurar el balance en los indicadores metabólicos que están fuera de rango y que cuyo efecto en conjunto ha llevado al desarrollo del deterioro cognitivo.
La dieta Ketoflex no es aburrida ni propone comidas que no tienen buen sabor. Esta dieta se enfoca en los puntos más relevantes que favorecen la restauración de la función cognitiva y ciertamente hay más de una sola manera de llevarla. A continuación describo sus cuatro componentes principales :
1. La referencia a Keto en Ketoflex 12/3 significa que induce al proceso de cetosis
La cetosis es un proceso que se da en el organismo cuando la persona deja de comer por un tiempo prolongado. Al dejar de comer, los requerimientos de energía son abastecidos por las reservas de glucosa (el combustible preferido del organismo) que almacenan el hígado y los músculos, denominada glucógeno.
Aproximadamente a las 8 a 12 horas de ayuno esas reservas se agotan y el organismo se ve forzado a obtener otra fuente de energía que es la grasa. La grasa se extrae de las reservas del cuerpo, que son convertidas en el hígado en cetonas, un combustible aprovechable por el organismo.
El protocolo ReCODE promueve un proceso continuo y leve de cetosis, y para ello se combina una dieta baja en carbohidratos (minimizando los carbohidratos simples como azúcares, pan, papas blancas, arroz blanco, refrescos, alcohol, dulces, pasteles y alimentos procesados) y ejercicio moderado (al menos 150 minutos por semana).
El consumo de grasas como el aceite MCT (aceite de triglicéridos de cadena media), las grasas insaturadas como el aceite de oliva, el aguacate o los frutos secos, también favorecen la cetosis leve.
Como resultado, el organismo cambiará de una “programación” de quemar exclusivamente carbohidratos y resistente a la insulina, lo que promueve la enfermedad de Alzheimer, a quemar grasas y una mayor sensibilidad a la insulina, lo que ayuda a prevenirla.
2. La palabra Flex en Ketoflex 12/3 se refiere a una dieta flexitariana:
Es mayormente una dieta a base de plantas, haciendo énfasis en las que no contienen almidón. Ideal incluir tanto vegetales crudos, como en las ensaladas y cocidos, de todos los colores posibles.
Está bien incluir algo de pescado, carne y aves, pero teniendo en cuenta que las carnes deben ser algo así como un condimento y no el protagonista. La cantidad ideal de proteína es un gramo de proteína por kilo de peso (70kg son 70gr de proteína y una porción de 100 gr de pescado contiene 20 gramos de proteína), aunque la cantidad no es tan importante como la calidad.
3. La parte de 12/3 de Ketoflex 12/3 se refiere al ayuno:
El ayuno es una manera muy efectiva de inducir a la cetosis, mejorar la sensibilidad a la insulina y por ende mejorar la función cognitiva. El 12 significa 12 horas entre el final de la cena y la primera comida del día siguiente.
El 3 significa como mínimo 3 horas desde el final de la cena hasta la hora de irse a la cama, idealmente alrededor de las 11pm.
4. La dieta Ketoflex 12/3 ayuda a prevenir la permeabilidad intestinal y optimizar la microbiota:
Para muchas personas eso significa evitar el gluten, los lácteos y otros productos para los que se tenga sensibilidad, que pueden contribuir a la permeabilidad intestinal y que causan inflamación. Habiendo sanado la permeabilidad se introducen los probióticos para optimizar la microbiota
Protocolo ReCODE - Restauración de la homeostasis del organismo
La restauración de la homeostasis es otro pilar del protocolo ReCODE y a continuación me ocupo de todas las cosas que se pueden hacer para restaurar la homeostasis, agrupándolas de acuerdo con los 5 aspectos clave mencionados anteriormente:
- Resistencia a la insulina.
- Reducir inflamación/infecciones.
- Optimización de las hormonas y nutrientes.
- Eliminación de toxinas (químicas, biológicas o físicas).
- Restauración y protección de sinapsis perdidas (o disfuncionales).
Resistencia a la insulina
Este problema es sin duda el contribuyente más importante para el desarrollo y avance del deterioro cognitivo. Valores de insulina en ayunas mayores a 4.5, hemoglobina glicosinada mayor a 5.5% o glucosa en ayunas mayor a 93 en forma consistente, significan que muy probablemente una persona está experimentando resistencia a la insulina. Son responsables las dietas altas en carbohidratos refinados y comida procesada, los estilos de vida sedentarios que llevan al sobrepeso y la obesidad, y el estrés del trabajo y la vida familiar.
La resistencia a la insulina es la causa de la diabetes y es posible revertirla atacando esos factores. Una idea que puede ayudar a entender cómo es que este problema contribuye al deterioro cognitivo es que ante la presencia de la resistencia a la insulina y de una dieta inadecuada que carece de nutrientes esenciales para el cerebro, las células del cerebro no pueden alimentarse ni de glucosa ni de grasa, lo que contribuye a su deterioro paulatino. Cuando seguimos una dieta variada combinada con el ayuno, ayudamos a que el cuerpo desarrolle la flexibilidad metabólica, es decir que está acostumbrado a utilizar tanto la glucosa como la grasa como combustible.
Reducir inflamación / infecciones
La inflamación es otro de los importantes factores de riesgo para el deterioro cognitivo, ya que alimenta directamente los mecanismos de la enfermedad. Por lo tanto el protocolo ReCODE considera el resolver la inflamación como algo crítico para revertir el deterioro cognitivo. Existe una prueba de laboratorio para detectar el nivel de inflamación (Proteína C reactiva). También existen otras pruebas de laboratorio específicas para identificar las causas de la inflamación.
No solamente se necesita tomar acción para eliminar las fuentes de inflamación, sino también ayudar al cuerpo a reducir la inflamación existente con el uso de suplementos específicos como el omega-3, cúrcuma, uña de gato, jengibre (kión) entre otros. No es recomendable utilizar fármacos como el ibuprofeno porque tienen efectos negativos en el intestino y en los riñones. Tal vez el efecto antiinflamatorio más importante es el de la dieta Ketoflex.
También es importante descartar la existencia de intestino permeable o la presencia de infecciones de carácter crónico, ya que también tienen un efecto a favor de la inflamación.
Para reducir la inflamación es importante sanar el intestino
Lamentablemente la permeabilidad intestinal es algo muy común en estos días. La permeabilidad intestinal se produce cuando el recubrimiento del tracto digestivo, que es como una red con agujeros extremadamente pequeños y que sólo debe dejan pasar sustancias específicas a través de ellos se relaja, haciendo que los agujeros sean más grandes.
De esa manera permite que pasen algunas cosas que normalmente no deberían pasar, como restos de alimentos no digeridos completamente, bacterias malas o ciertas toxinas, lo que provoca una reacción del sistema inmunológico, que se manifiesta como inflamación.
Puede sospecharse de la presencia de permeabilidad intestinal ante la existencia de sensibilidades alimentarias y síntomas como embotamiento, estreñimiento o diarrea.
Al sanar el intestino se reduce la inflamación, se mejora la absorción de nutrientes, mejoran las respuestas del sistema inmunológico y se favorece un estado óptimo de la microbiota.
El primer paso para restablecer la permeabilidad es identificar las causas y eliminarlas. Los factores que pueden estar produciendo permeabilidad intestinal son:
- El consumo excesivo de azúcar.
- Alergia o sensibilidad al gluten, lácteos y otros alimentos.
- Alergias o sensibilidades a algunos químicos como los que contienen los alimentos procesados.
- Presencia de herbicidas o pesticidas.
- Exceso de alcohol.
- Uso o abuso de antibióticos.
- Consumo de antiinflamatorios.
- Estrés.
Optimización de hormonas
Alcanzar niveles hormonales óptimos es una de las partes más críticas del protocolo ReCODE y puede ser muy efectiva. Sin embargo es una controversial y difícil de lograr. En primer lugar por que existen mensajes contrapuestos con relación a la terapia de reemplazo hormonal en mujeres que están atravesando la menopausia.
Por otro lado, al igual que con las vitaminas y otros indicadores, un valor dentro de los límites no significa necesariamente que los valores sean óptimos. Es muy importante tener en cuenta eso cuando se trata del deterioro cognitivo.
Un tercer aspecto es que la medida de los niveles de una hormona no dice toda la historia sobre cómo es que está funcionando en el cuerpo. Para ofrecer sus beneficios, las hormonas tienen que encontrarse con su receptor, unirse a el, viajar con el hacia el núcleo y activar diferentes genes que producen proteínas que tendrán efectos diversos en el organismo, en conjunto con otras. En otras palabras, para conocer la situación sobre una hormona es necesario conjugar los valores de las hormonas con los síntomas y eso requiere trabajar con alguien que tenga la preparación y experiencia suficiente.
Finalmente, las hormonas no trabajan en forma individual sino que trabajan en conjunto con otras. Particularmente, se recomienda observar funcionamiento de:
- La tiroides: Muchas de las personas con deterioro cognitivo tienen un funcionamiento de la tiroides por debajo del nivel óptimo.
- Estrógenos y progesterona en mujeres: El estrógeno es un jugador importante en la prevención de la demencia. De acuerdo con estudios de la Clínica Mayo, las mujeres a las que se les extirparon los ovarios antes de los 40 años y que no recibieron terapia de reemplazo hormonal, tienen el doble de riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer. No sólo son importantes los estrógenos y la progesterona, también lo es la proporción de estradiol a progesterona, ya que una proporción alta se asocia con “confusión mental” y mala memoria. El estradiol ayuda a regular el colesterol y aumentar el colesterol bueno, relaja las paredes de las arterias, ayuda a mejorar la función cardiovascular y disminuye la incidencia de ACV o infartos. También interviene en el metabolismo de la grasa.
- Nivel de testosterona: Que está presente tanto en hombres como en mujeres, aunque en mayor concentración en hombres. Es otro jugador importante en el funcionamiento de las sinapsis. Los hombres en el quintil de menor concentración de testosterona, tienen un mayor riesgo de desarrollar Alzheimer. Los niveles óptimos de testosterona apoyan el mantenimiento de las sinapsis.
- Función suprarenal (cortisol, pregnenolona y DHEA): La pregnenolona es como la hormona maestra de la que se derivan los estrógenos, la testosterona y el cortisol. El exceso de cortisol resta la posibilidad de producir testosterona y estradiol.
Optimización de nutrientes
Con relación a los nutrientes, el Protocolo ReCODE le da importancia a la homocisteína, que es un aminoácido cuya presencia en exceso es considerada como un factor importante en el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y cerebro vasculares, y también del Alzheimer. La homocisteína se forma a partir de uno de los aminoácidos que proviene del consumo de alimentos que contienen proteína (vegetal o animal). Luego se convierte en otros aminoácidos pero para ello requiere vitamina B12, vitamina B6 y folato.
Cuando el organismo cuenta con suficientes cantidades de esas vitaminas, no habrá ningún problema. Cuando no, la homocisteína se comenzará a acumular, produciendo estragos.
Los niveles de vitaminas B6, B9 (folatos) y B12 son claves para mantener bajos los niveles de homocisteína.
Equilibrio entre cobre y zinc. Mucho cobre y poco zinc están asociados con la demencia. El cobre puede venir de las tuberías de cobre y en algunos casos, de los multivitamínicos, combinado con dietas pobres en zinc y también por una mala absorción de zinc.
Esto sucede a menudo debido a que nuestros estómagos producen menos ácido, especialmente a medida que envejecemos o tomamos inhibidores de la bomba de protones para el reflujo gástrico.
La deficiencia de Zinc es muy frecuente, especialmente a medida que envejecemos. El zinc participa en una serie de procesos metabólicos que si no se realizan correctamente inciden en el riesgo del Alzheimer.
Equilibrio entre omega 3 y omega 6. Los ácidos grasos omega-3, omega-6 son grasas importantes en la dieta. Ambos son grasas esenciales, lo que significa que el organismo no puede producirlos y por lo tanto necesitamos adquirirlos de nuestra alimentación. Los omega-3 tienen un efecto antiinflamatorio y los omega-6 tienen un efecto inflamatorio. Por ello nuestra dieta debe incluir fuentes de ambas grasas esenciales, en una proporción equivalente a 1 a 1 o 1 a 2.
Una proporción mayor de omega-6 tendrá un efecto inflamatorio y por lo tanto incrementará el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Coincidentemente, la dieta occidental moderna, sindicada como el principal factor de riesgo para las enfermedades crónicas lleva a una proporción entre omega-6 y omega-3 en promedio en el rango de 20 a 1 o incluso de 30 a 1.
Vitamina D3. Los niveles adecuados de vitamina D3 son esenciales para mantener las sinapsis existentes y crear nuevas.
El magnesio es crítico para la función del cerebro. Incluso con una dieta variada alta en vegetales, la mayoría de gente necesita tomar suplementos de magnesio.
Eliminación de toxinas (químicas, biológicas o físicas)
La acumulación de ciertas toxinas en el cerebro puede contribuir a la inflamación, por ello el protocolo ReCODE les presta mucha atención. La presencia de mercurio (orgánico o inorgánico) en una cantidad elevada puede darse en una minoría de los casos, como resultado de una sobre exposición ambiental o por la existencia de amalgamas dentales antiguas que liberan pequeñas cantidades del metal en forma permanente o también puede provenir de un alto consumo de pescados depredadores o que están en un nivel alto de la cadena alimenticia, que han tenido oportunidad de acumular mercurio y otras toxinas en su cuerpo durante años.
El análisis del impacto de la presencia de toxinas biológicas o químicas, puede ser algo complejo de hacer, porque hay muchas toxinas que pueden contribuir con el deterioro cognitivo. Por suerte, hay muchas acciones que se pueden tomar para la desintoxicación, comenzando por la alimentación.
A continuación listo algunas de las fuentes de toxinas. Unas pueden parecer remotas aunque otras no:
- Presencia de moho en la casa o lugar de trabajo.
- Mercurio orgánico, pesticidas, plásticos en pescados grandes.
- Aditivos de la comida procesada.
- Picaduras de insectos.
- Exceso de medicamentos.
- Consumo de tabaco o el exceso de alcohol.
- Uso de productos en la piel.
- Consumo de inhibidores de bomba de protones.
- Funcionamiento no regular del estomago.
- Bajo consumo de agua.
En el caso de presencia de metales se pueden utilizar procesos quelantes para ayudar a la desintoxicación. En el caso de moho es necesario trabajar con un profesional especializado en enfermedades causadas por biotoxinas.
Algunos alimentos ayudan en la desintoxicación: Entre ellos el cilantro, las crucíferas (brócoli, coliflor, repollo, col rizada, coles de Bruselas, etc.), palta o aguacate, alcachofas, beterraga, ajo, jengibre, entre otros.
Sigue leyendo sobre este tema en el siguiente link.
Puedo ayudarte a implementar el protocolo ReCODE
Gracias a la certificación como nutricionista holístico manejo los aspectos necesarios para entender el protocolo ReCODE y como coach de salud y bienestar puedo ayudarte a implementar el protocolo para ti o para algún ser querido. Adicionalmente, puedo ayudarte a armar los menús de la dieta Ketoflex, con recetas tan agradables que no parecerá que estás haciendo “dieta”. Visita mi página del servicio de coaching nutricional holístico o la del servicio de coaching de salud y bienestar para que conozcas un poco más sobre mi enfoque.
Escríbeme en este formulario si necesitas más detalle sobre el tema de esta página o si tienes interés en el servicio de coaching de salud y bienestar o de asesoría nutricional.