
Una albóndiga es una popular preparación culinaria de diferentes gastronomías del mundo. Básicamente consiste en una bola de tamaño pequeño, entre 5 y 10 centímetros. Se elabora de carne picada, mezclada con diferentes condimentos según el lugar y puede ser frita, cocida o guisada según la receta. Se puede utilizar distintos tipos de carne y algunos condimentos habituales son perejil, pan, cebolla, comino, huevo, etc. Aunque son menos comunes, se pueden preparar albóndigas de pescado, de marisco o vegetarianas. En este post te comparto la receta de unas albóndigas de berenjena y frijoles en salsa de tomate.
Estas bolitas de carne existen desde épocas inmemoriales, por lo que es prácticamente imposible determinar un origen preciso o identificar a su creador. En las tablillas de arcilla de Yale, el libro de cocina más antiguo que se haya descubierto, se incluye una receta de albóndigas, cuyos ingredientes son carne picada (no especifica animal), huevo batido, pan remojado, cilantro, perejil, menta, cebolla, pimienta y sal.
Una buena opción para utilizar berenjena
En mi experiencia no es muy fácil lograr una textura y apariencia apetitosa al cocinar las berenjenas. Por esa razón, resulta más práctico incluirlas como parte de una crema como en el baba ganoush o en unas albóndigas de berenjena y frijoles como las de esta receta.
Las berenjenas junto con los frijoles le dan a estas albóndigas una textura “carnosa”. Por otro lado, al estar mezclada con otros ingredientes y condimentos, ayuda a que cualquier persona no familiarizada se acostumbre al sabor de las berenjenas.
Para la salsa de tomate puedes usar la receta de salsa marinara publicada en este mismo blog o seguir la opción que incluyo en este post, que es fácil y práctica.
Para cocinar estas albóndigas de berenjena y frijoles puedes seguir la opción de freírlas o cocinarlas al horno, con lo cual tendrás un producto más saludable. La opción de freír las albóndigas implica que absorban más grasa. Por otro lado los aceites comerciales se degradan con la altas temperaturas, dando como resultado grasas trans, colesterol oxidado y otros elementos tóxicos.
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A continuación la receta.
Receta de albóndigas de berenjena y frijoles en salsa de tomate

Receta de albóndigas de berenjena y frijoles en salsa de tomate, aptas para veganos y vegetarianos. Se incluye receta de salsa de tomate.
- ½ cebolla chica. ¼ si es grande.
- 3 tomates sin pepas, cortados en trozos grandes.
- 1 trozo de zanahoria. Para que tengas una referencia puedes cortar una rebanada de un centímetro de ancho de una zanahoria grande, en la parte mas gruesa. Córtalo en trozos pequeños.
- 1 diente de ajo picado finito o cucharadita de ajo molido.
- 2 cucharadas de aceite de oliva, opcional.
- ¼ taza de hojas de albahaca cortadas finito. La albahaca va muy bien con el tomate, pero puedes utilizar orégano o cualquier otra hierba según tu preferencia.
- Sal y pimienta al gusto.
- 1 berenjena mediana pelada, de medio kilo aproximadamente. Cortada en cuadraditos pequeños de un centímetros de lado. Debe hacer como 2 tazas de berenjena. Una opción que le da bastante sabor es poner la berenjena al horno. Puedes ponerla entera o cortada por la mitad, en una temperatura no muy fuerte hasta que esté cocida. Puede necesitar al menos unos 20 minutos, dependiendo del horno y de la berenjena. Cuando esté lista y una vez que haya enfriado un poco, retira la pulpa de la berenjena con la ayuda de una cuchara.
- 2 tazas de frijol blanco o canario, cocidos y escurrida el agua.
- 1 huevo, opcional. Si quieres hacerla vegana, puedes ponerle 1 cucharada de semillas de chía.
- 1/2 cebolla, picada finito.
- 1 cucharadita de ajo picado finito o cucharadita de ajo molido.
- 1/2 taza de avena en hojuelas
- 1 cucharadita de orégano seco molido En lugar de orégano puedes usar las hierbas que sean de tu preferencia como la mezcla de finas hierbas o de Provenza.
- ¼ de taza de perejil fresco picado.
- 2 cucharadas de aceite para freír.
- Sal y pimienta al gusto.
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Coloca el tomate, la cebolla, la zanahoria y el ajo en el vaso de la licuadora, junto con un cuarto de taza de agua. Deja que se procese hasta que tenga una consistencia fina.
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Vierte el contenido del vaso de la licuadora en una olla y ponla al fuego. Una vez que rompa a hervir baja al fuego al mínimo y deja que cocine y que evapore el agua. Revísalo de cuando en cuando y dale una movida, para evitar que se queme.
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Deja la salsa en el fuego por unos 20 a 30 minutos, para que tome consistencia.
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Sazona con sal y pimienta.
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Cuando ya esté en punto agrega la albahaca, revuelve bien para que se mezcle y deja unos dos minutos para que se integre el sabor de la albahaca o de la hierba que estés utilizando.
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Prueba la sazón y corrige en caso de ser necesario. Verifica también la consistencia, si la quieres más espesa déjala un tiempo más en el fuego.
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Apaga el fuego, tu salsa está lista.
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En una sartén caliente coloca el aceite y luego la cebolla y el ajo. Revuelve para evitar que se quemen. Luego de un minuto aproximadamente baja el fuego a medio y sigue revolviendo de vez en cuando. Sazona con media cucharadita de sal.
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Cuando la cebolla y el ajo comiencen a estar transparentes, lo cual ocurrirá después de unos 3 minutos, agrega la berenjena, tanto si estás usando una fresca como la horneada. La diferencia será el tiempo que deberá permanecer en la sartén. Si usas berenjena horneada solo necesitas un par de minutos para que se integre con el aderezo. Si usas berenjena fresca se requerirán unos 5 a 10 minutos para que se cocine, dependiendo del tamaño de los cubos. Es importante que el fuego esté en medio. Continúa revolviendo de vez en cuando. La berenjena estará lista cuando pierda la forma de los cubitos y la consistencia se parezca a una crema.
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Vierte el contenido de la sartén en el tazón de un procesador y agrega los frijoles, la avena, el huevo o la chía (según lo que estés usando), el perejil y las hierbas que estás usando. Sazona con sal y pimienta.
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Enciende el procesador hasta que obtengas una mezcla fina y uniforme. Deja reposar la mezcla por unos 20 minutos, para permitir que actué la chía, si es que la estás usando.
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Luego del reposo, verifica la consistencia y agrega aceite de oliva o más avena, en caso de que esté muy espesa o muy líquida, según sea el caso. El objetivo es lograr una masa que permita armar fácilmente las albóndigas.
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Precalienta el horno a 240°C.
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Arma las albóndigas del tamaño de tu preferencia (no deberían ser muy grandes) y colócalas en una placa de horno. De preferencia utiliza una lámina de silicona para evitar que se peguen.
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Coloca la placa en el horno y déjala en la temperatura máxima por unos 10 minutos. Al cabo de ese tiempo baja el fuego a 180°C. Aproximadamente a los 20 minutos desde que las pusiste al horno, verifica que haya hecho costra en la parte de abajo, lo que permitirá voltearlas con más facilidad. Cuando eso pase, dales la vuelta y déjalas en el horno por unos 15 minutos más. Los tiempos pueden variar dependiendo de tu horno.
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Sírvelas bañadas con la salsa de tomate acompañando unos espaguetis, con puré de papa como las de la foto o con arroz.
1. Si no cuentas con un procesador de alimentos, puedes ayudarte con un tenedor para moler los frijoles y los trozos grandes de los otros ingredientes, hasta tener una mezcla uniforme.
2. En lugar de horno convencional puedes utilizar una freidora de aire, si es que dispones de una. Estas albóndigas son muy prácticas, se hacen más rápido en la freidora de aire y con mejor acabado. Las de la foto fueron preparadas en la freidora de aire.
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