Yo solía preparar la versión de esta salsa de champiñones y hongos secos con crema de leche. Ya había probado utilizar la crema a base de nueces de cashew en otras recetas cremosas para pasta, pero no se me había ocurrido utilizar esa crema en esta receta, para hacerla libre de lácteos. El resultado fue mejor a lo que me esperaba.
Los hongos secos tienen un sabor bastante intenso, pero hacen una combinación casi perfecta con la crema de cashew. Ese cambio le da un giro al valor nutricional del plato, ya que cambia un ingrediente lácteo con un alto contenido de grasas saturadas y nada de fibra, por otro con buen contenido de grasas saludables, fibra y otros nutrientes. Por otro lado, el plato está basado casi totalmente en hongos, que tienen un excelente valor nutricional.
Aquí te dejo con la receta para que prepares esta salsa, que espero te animes a hacerlo.
Otras recetas que utilizan nueces de la India, en este blog
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- Pie de chocolate sin lácteos
- Quiche de poro sin lácteos
- Salsa huancaína vegana
- Pesto de espinaca y albahaca vegano
Receta de salsa de champiñones y hongos secos sin lácteos
Salsa rosa para pastas cremosa (vegana), muy sencilla de preparar, nutritiva y sabrosa. Elaborada a base de tomate fresco, nueces de la India (cashew o anacardo) y albahaca.
- ½ kilo de tomate. Picado en trozos grandes, puede ser en cuartos. Como referencia, un tomate mediano pesa unos 200 gramos.
- 1/2 cebolla roja o blanca. Cortada en trozos grandes
- 2 dientes de ajo picados en cuartos.
- 3 cucharadas de aceite de oliva.
- 100 gramos de cashews. O nueces de la India, remojados por unas 4 horas. Equivale a una taza aproximadamente.
- 1/4 taza de hojas de albahaca, no tiene que estar picada.
- 2 cucharadas de aceite de oliva
- Sal y pimienta al gusto.
- La pasta de tu preferencia. En este caso utilicé unos ravioles de vegetales que compré para una ocasión especial.
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En una olla caliente con capacidad suficiente, coloca el aceite y la cebolla. Revuelve para evitar que se queme. Agrega los ajos y baja el fuego a medio. Deja que se doren la cebolla y el tomate por un par de minutos.
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Agrega los tomates, baja el fuego y deja que suden junto con la cebolla y el ajo. Puedes agregarle un poco de sal para que vaya tomando sabor
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Deja que suden los tomates, a fuego muy bajo, cuidando que no se quemen. Estarán listos cuando ya estén blandos, sentirás un agradable olor a tomate.
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Mientras se cocinan los tomates, cuela las nueces reservando el agua, ponlas en la licuadora, con parte del agua del remojo y enciéndela para que se procesen. Al principio parecerá que tiene mucha agua, pero conforme pasa el tiempo se pondrá más espesa la mezcla. Deberá quedar con una consistencia cremosa algo espesa. No le añadas agua hasta que se hayan procesado un tiempo.
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Apaga la licuadora y reserva la crema hasta que estén listos los tomates. Cuando eso ocurra, añade todo el contenido de la olla a la licuadora y enciéndela nuevamente, añádele el aceite de oliva y sazona con sal y pimienta.
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Mientras tanto puedes poner a cocinar la pasta con las instrucciones del paquete.
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Verifica que la consistencia esté cremosa como para una salsa de pasta y si es necesario, añádele más agua del remojo de las nueces y/o aceite.
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Cuando la salsa esté con la consistencia deseada, añádele las hojas de albahaca y continua licuando. A mí me gusta que se perciban algunos trozos de albahaca como en la salsa de la foto, pero si lo prefieres licua hasta que se integre completamente. Igualmente, puedes añadir la albahaca de a pocos, probando, para que no se vaya a pasar de intensidad.
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Vierte la salsa a una olla y deja que caliente a fuego bajo para que se terminen de integrar los sabores, verifica la sazón y corrige, en caso de ser necesario. No debe hervir porque las nueces harán una costra en la base de la olla.
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Para servir puedes, ya sea poner por separado la pasta y la salsa en el plato o mezclarla en la olla y servirla así. Particularmente prefiero servirla en el plato sin mezclarla antes, porque si la mezclas la pasta caliente absorberá la humedad de la salsa, haciendo que se seque el plato, antes de llegar a la mesa.
1. Siempre que puedas, utiliza pasta integral, que contiene más fibra y por lo tanto es más saludable.
2. Si los lácteos no están restringidos en tu dieta, puedes rociar el plato con un poco de queso parmesano.
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