
¿Estas en una situación en la que haces todos tus esfuerzos por perder peso sin embargo no lo consigues? ¿Te guías por lo que dicen en relación a que “calorías que entran menos calorías que salen igual a ganancia o pérdida de peso? ¿Pero no entiendes por que no te funciona a ti? ¡No es tan simple! En el proceso de perder peso intervienen distintos factores más allá de la mera ecuación del balance de energía. En este post explico el rol de la microbiota intestinal en los esfuerzos por perder peso.
A continuación doy algunas razones por las que a algunas personas se les hace difícil perder peso:
- El metabolismo de cada persona es algo muy complejo y único.
- Más que el tipo de macronutriente (carbohidratos, grasas o proteínas) lo que importa es la calidad de las calorías que consumes.
- Importa la salud de tu tracto gastrointestinal. Eso significa fundamentalmente la salud de la microbiota intestinal.
Las investigaciones muestran que el eje intestino-cerebro puede influir en el metabolismo a través de muchos mecanismos diferentes y los microorganismos de la microbiota intestinal son en parte responsables de ello. Gracias a esa comunicación intestino-cerebro a través del nervio vago, los microorganismos influyen directamente en lo siguiente:
- La función del sistema inmunológico, a través de la producción de citocinas.
- La producción de ácidos grasos de cadena corta (p.e. butirato).
- La producción de neurotransmisores (p.e. serotonina).
Perder peso y la salud de la microbiota intestinal
A través de estudios realizados con roedores se han identificado algunas conexiones bastante interesantes entre los microorganismos de la microbiota intestinal y el peso, aunque aún no se cuenta con suficientes estudios en humanos que respalden esos hallazgos.
Por ejemplo, si se hace un trasplante de microbiota intestinal (a través de las heces) de ratones obesos a los intestinos de ratones libres de gérmenes (ratones criados con un intestino estéril, es decir sin microbiota intestinal), los ratones libres de gérmenes tienden a ganar peso.
Lo que sí sabemos a partir de ensayos en humanos es que los gemelos delgados tienden a tener una mayor diversidad de microorganismos en el intestino, en comparación con los gemelos obesos. Lo que esto significa es que ciertas especies como los Bacteriodetes, pueden desempeñar un papel en la descomposición de las fibras dietéticas y en la utilización y producción de energía por parte del cuerpo.
Hallazgos como estos no necesariamente sugieren que los trasplantes fecales humanos de personas delgadas a personas con sobrepeso lleven a perder peso. Sin embargo, este tipo de estudios se están realizando actualmente por lo que este escenario podría ser una posibilidad en el futuro.
¿Qué pasa con la exposición crónica a los antibióticos?
En un libro sobre la salud intestinal que es bastante bueno cuyo título es “Missing Microbes”, escrito por el Dr. Martin Blaser, se analiza el desarrollo evolutivo de nuestra microbiota, la importancia de ciertas «especies faltantes» como el Helicobacter pylori y el impacto que el medio ambiente ha tenido en la diversidad de la microbiota intestinal.
Por ejemplo, el autor del libro descubrió que cuando a los ratones se les administran niveles bajos de antibióticos similares a los que recibe el ganado, pueden ganar un 15% más de grasa corporal que los ratones a los que no se les administran dosis bajas de antibióticos. Esto lo relaciona el autor con tasas de obesidad más altas en regiones donde se utilizan mucho los antibióticos en la crianza del ganado. Esto constituye un argumento más sólido para comprar productos animales orgánicos y criados en pastos para minimizar la exposición a los residuos de antibióticos.
La inflamación en el intestino puede hacer perder peso
Si alguna vez has conocido a alguien que ha sufrido alguna enfermedad intestinal, como la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa, sabrás que mantener el peso puede ser un problema para esas personas. Hay muchas razones por las que esas enfermedades pueden hacer perder peso o dificultar el incremento de peso, pero la inflamación crónica en el intestino es probablemente la causa principal.
Cuando el intestino está inflamado, es más probable que las células que lo recubren se dañen y se vea afectada la absorción de nutrientes. Como el cuerpo no recibe un suministro adecuado de nutrientes de los alimentos, las funciones metabólicas básicas se alteran y es menos probable que se produzca crecimiento muscular y almacenamiento de grasa.
Disbiosis y antojos de azúcar
Disbiosis es un término utilizado para describir un desequilibrio en la microbiota intestinal entre las especies consideradas buenas y las malas. Por lo general indica un crecimiento excesivo de ciertas especies, como levaduras, bacterias o incluso algún parásito. La disbiosis puede desarrollarse por muchas razones como el uso frecuente de antibióticos, el estrés crónico o una mala alimentación y en la práctica muchas personas con problemas intestinales crónicos tienen disbiosis.
Una cosa que se da en la práctica es que el crecimiento excesivo de levaduras puede provocar antojos de azúcar. El azúcar y los carbohidratos simples son los preferidos de las levaduras y en la medida que nuestra dieta incluya altas cantidades de ellos hará no sólo que sobrevivan sino que se desarrollen muy bien.
Exceso de levaduras o de cándida puede producir ciertos síntomas
La siguiente lista de síntomas puede estar indicando un crecimiento excesivo de levaduras o de cándida en el intestino:
- Antojos de azúcar y carbohidratos
- Erupciones cutáneas o prurito (picazón en la piel)
- Fatiga
- Niebla mental
- Dolor en las articulaciones
- Picazón en el ano
- Infecciones por hongos
Por supuesto, esa lista de síntomas puede deberse a muchos factores, pero si están presentes todos o algunos de ellos, es recomendable investigar más a fondo y apoyar el diagnóstico realizando prueba de heces y anticuerpos contra Cándida en un análisis de sangre.
Una vez confirmado el caso, se debería enfrentar la disbiosis con hierbas antimicóticas y cambios importantes en la dieta para matar y matar de hambre a las levaduras. Ello debería contribuir a que en algunas semanas se disminuyan los antojos de azúcar y el peso tenderá a estabilizarse o incluso disminuir a medida que mejoran los hábitos alimentarios.
Un aspecto importante es lograr controlar los antojos de azúcar, en lugar de que los antojos nos controlen. Depende de la relación particular que tenga cada persona con el azúcar para descubrir qué productos son los más problemáticos. Una forma de satisfacer un antojo de dulce después de las comidas es tomar un poco de fruta o chocolate con alto contenido de cacao o endulzado con estevia, opciones que favorecen una población saludable en la microbiota.
Un peso saludable requiere un intestino en equilibrio
Hace sólo unos 20 años que conocemos más sobre la microbiota y cada vez hay más investigación sobre su funcionamiento. En los próximos años alcanzaremos una comprensión mucho más sólida de cómo la salud del intestino afecta el peso y qué podemos hacer para reducir el aumento de peso.
A continuación algunas recomendaciones para fortalecer y promover un terreno saludable en tu intestino, lo que puede afectar indirectamente el peso en el largo plazo:
- Consume más alimentos ricos en fibra y minimiza los alimentos azucarados procesados.
- Identifica y trata la inflamación y/o disbiosis subyacente en el intestino.
- Reduce la exposición excesiva a antibióticos y/o alimentos que puedan contener residuos de antibióticos.
- Consume una amplia variedad de frutas, verduras y cereales (si toleras los cereales) para promover una mayor diversidad de microorganismos.
- Consume más alimentos fermentados, los que son ricos en probióticos, fibra y con frecuencia en prebióticos.
- Ejercita y/o mueve tu cuerpo todos los días.
- Reduce el estrés crónico en tu vida incorporando más prácticas para reducir el estrés, como meditación, yoga, respiración consciente, oración o intenciones/pensamientos positivos.
- Toma probióticos como Lactobacillus, ya que se ha demostrado que ciertas cepas mejoran la sensibilidad a la insulina.
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