
La resistencia a la insulina es un problema de salud muy común en estos días, como resultado de la dieta inadecuada muy alta en comida procesada, azúcares y proteínas animales, y muy baja en fibra. La resistencia a la insulina es la responsable del sobrepeso y la obesidad y es una de las razones por las que algunas personas no consiguen perder peso por más que se esfuerzan en lograrlo, entre otros problemas de salud. En este post explico 4 principales factores que nos dan información sobre qué causa la resistencia a la insulina.
El principio detrás de la resistencia a la insulina
La insulina es una hormona producida por el páncreas cuando el cuerpo detecta que se eleva el nivel de glucosa en la sangre. La función de la insulina es hacer que la glucosa ingrese a las células para que sea utilizada en la producción de energía. La insulina es como una instrucción a las células para que dejen entrar a la glucosa, se habla que es como una llave que abre las células con ese fin.
La resistencia a la insulina significa que las células ya no responden con la misma eficiencia a ese estímulo de la insulina para que dejen entrar a la glucosa. Se dice que se vuelven insensibles a la insulina o que el cuerpo desarrolla resistencia a la insulina. Como resultado, la glucosa se va acumulando en la sangre, lo cual representa un riesgo para la salud.
Riesgos de la resistencia a la insulina
Otra razón por la que a veces se refiere a la resistencia a la insulina como un “asesino silencioso” es que es muy perjudicial para la salud. Nuestras células necesitan glucosa para producir la energía que requiere el organismo para desarrollar sus funciones vitales. Al verse privadas las células de la glucosa por las razones expuestas antes, las funciones corporales no van a tener suficiente suministro de energía y por lo tanto se verán significativamente afectadas.
Por otro lado, demasiada glucosa en la sangre significa que esta se vuelve más espesa, algo parecido a lo que sería un almíbar y por lo tanto hace más difícil la circulación de la sangre, evitando que llegue a lugares del cuerpo irrigados por vasos capilares muy finos, como los dedos del pie o la vista.
La resistencia a la insulina puede producir en el mediano o largo plazo problemas metabólicos, llevando a afecciones como hígado graso, diabetes e inflamación crónica. La respuesta inflamatoria puede afectar también el funcionamiento del sistema inmunológico, bajando las defensas y dificultando la cicatrización de heridas.
¿Qué causa la resistencia a la insulina?
A continuación explico qué causa la resistencia a la insulina a través de la explicación de 4 factores:
1. La grasa visceral
La grasa corporal es de dos tipos: La grasa cutánea, que es la que está en la superficie y es visible, y la grasa visceral, que es la que se acumula alrededor del abdomen y los órganos internos, siendo esta última la más peligrosa para la salud y una de las principales causas de resistencia a la insulina. La acumulación de tejido adiposo es derivado del consumo crónico de calorías por encima de las necesidades energéticas del individuo.
Durante muchos años el tejido adiposo fue considerado sólo una fuente pasiva de energía, que además tenía una función de aislamiento térmico y proporcionaba protección mecánica a los órganos internos. Hoy en día el tejido adiposo es considerado un órgano endocrino que desarrolla funciones inmunológicas, participa en la regulación de la homeostasis energética, en la ingesta de alimentos, en el gasto energético y otros tantos procesos metabólicos del organismo. Recientemente se ha encontrado que la reacción inflamatoria en el tejido adiposo es un elemento importante que causa la resistencia a la insulina.
2. Inflamación crónica
Las investigaciones muestran que la inflamación crónica es uno de los factores clave que causa la resistencia a la insulina. En este caso, la obesidad (a menudo relacionada con la grasa visceral) es la culpable, ya que aumenta la incidencia de inflamación, porque las células grasas tienden a estimular la secreción de más citocinas proinflamatorias.
3. Estrés crónico
El estrés crónico es un problema muy común en estos días. Miles de años atrás nuestros cuerpos estaban sometidos a amenazas físicas que podían atentar contra la vida. Para hacerles frente, el organismo desarrolló mecanismos fisiológicos de respuesta, que involucran la secreción de hormonas que disparan distintos procesos fisiológicos. Hoy en día las personas difícilmente se ven frente a situaciones que atenten contra su vida, sin embargo el cerebro las puede interpretar como tales.
La respuesta fisiológica del estrés produce alteraciones en el metabolismo y cuando se convierte en algo crónico puede afectar seriamente a la salud. Uno de los efectos que tiene la producción en exceso de esas hormonas, es inducir al cuerpo a acumular grasa y por lo tanto a la obesidad. El estrés crónico también puede exacerbar la respuesta inflamatoria del cuerpo.
4. Genética
En este punto es necesario aclarar que la genética no es determinante en ninguna de las enfermedades crónicas de la vida moderna como diabetes, problemas cardiovasculares o incluso el cáncer. La presencia o ausencia de ciertos genes puede representar alguna predisposición a que ciertas funciones metabólicas se desarrollen de forma algo diferente a lo que se espera de manera normal. No obstante esas desviaciones no deberían representar una amenaza para la salud, en la medida que la persona siga un estilo de vida saludable.
Se habla de que los genes pueden expresarse o no, dependiendo de los rasgos del estilo de vida. Una persona puede nacer con cierta predisposición, pero sin embargo nunca verlos expresarse. Factores como el ejercicio, la dieta, la calidad del sueño y el estrés pueden influir en la expresión de los genes y lo bueno es que todos esos factores están bajo nuestro control.
Cuál es la relación con la diabetes tipo 2
La resistencia a la insulina es una señal roja de que tu cuerpo está en camino de desarrollar diabetes. De no revertirse esa situación y si el nivel de glucosa llega a un determinado nivel, vendrá el diagnóstico de diabetes. A medida que se hace mayor la resistencia a la insulina, más agudos se hacen sus efectos sobre el organismo.
Si no se toman medidas para controlar el nivel de glucosa, que pueden venir de cambios en la dieta, ejercicio o de la administración de fármacos, la glucosa se seguirá acumulando y el páncreas seguirá produciendo más insulina en su afán de bajar la glucosa. Si la situación se mantiene, en el largo plazo las células del páncreas que segregan insulina se agotarán y ya no podrán producir suficiente insulina, momento en que la persona necesitará la suplementación con insulina.
¿Cómo se detecta la resistencia a la insulina?
Hay algunos síntomas que pueden indicar que hay resistencia a la insulina o diabetes como sequedad de boca, micción frecuente y fatiga. La presencia de obesidad abdominal o un valor de circunferencia de cintura en un valor elevado pueden hacer sospechar de que hay resistencia a la insulina o diabetes.
Pruebas de laboratorio específicas
Para identificar la diabetes tipo 2 no es suficiente con la observación de los síntomas y para ayudarnos contamos con algunas pruebas de laboratorio específicas, como las siguientes:
- Prueba de glucosa en sangre en ayunas: Si la lectura de glucosa en sangre en ayunas está entre 100 y 125 mg/dL en dos mediciones separadas, estaría indicando lo que se conoce como pre diabetes, lo que definitivamente muestra que hay resistencia a la insulina. Si el valor excede los 126 mg/dL ya es considerado como diabetes.
- Detección del nivel de insulina en ayunas: En base a lo explicado anteriormente, si el páncreas necesita producir mucha insulina, esta se quedará circulando en la sangre, por ello una prueba de insulina en ayunas que arroje valores altos nos está diciendo que hay resistencia a la insulina, con independencia de que la prueba de glucosa salga dentro del rango normal. Es generalmente aceptado que un valor de insulina en ayunas menor a 25 mIU/L está bien, sin embargo distintos expertos en la materia consideran que un valor saludable debería estar por debajo de 10 mIU/L.
- Prueba de tolerancia a la glucosa: se realiza midiendo el grado de aumento del nivel de azúcar en sangre y de secreción de insulina dos horas después de ingerir una determinada cantidad de azúcar. Esta prueba da información complementaria sobre cuán bien está respondiendo el cuerpo a la ingesta de alimentos altos en glucosa.
Descargo de responsabilidad: El contenido de este artículo tiene fines informativos únicamente y no pretende sustituir el asesoramiento, diagnóstico o tratamiento médico profesional. Busca siempre el consejo de tu médico u otro proveedor de atención médica calificado en el caso de cualquier problema de salud que te esté afectando.
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