Esta receta de pasta con sardinas está inspirada en una receta típica de Palermo (pasta con le sarde) cuyos ingredientes principales son sardinas e hinojo. Como en mi localidad no es fácil conseguir el hinojo decidí hacer una variación a partir de otra receta vegetariana del blog que lleva champiñones, cebolla y poro.
La receta a la que me refiero es un delicioso plato tradicional siciliano, cuya fama es bien conocida en toda Italia. Es una receta bastante antigua y fue inventada, como suele ocurrir, como producto de la necesidad. A parecer un cocinero del ejército solo tenía a la mano pasta y sardinas no muy frescas, por lo que añadió algunas puntas de hinojo silvestre que crecían cerca y que tenían un sabor lo suficientemente fuerte como para tapar las sardinas “viejas”. También añadió piñones que se pensaba que eran buenos para combatir la intoxicación alimentaria, muy probable de ocurrir con un pescado en ese estado.
Es preferible preparar esta pasta con sardinas frescas, pero no siempre es posible. Sin embargo puedes utilizar sardinas en conserva.
Las sardinas, como el resto de pescados azules, son ricas en ácidos grasos omega-3, elementos esenciales para el buen funcionamiento del organismo. Sin embargo nuestro organismo no puede producirlos por sí solo, de tal manera que los debe obtener de los alimentos. El aporte de ácidos grasos poliinsaturados omega 3 por porción de sardinas, cubre casi el 100% de los objetivos nutricionales recomendados para la ingesta diaria.
Las sardinas también son ricas en minerales, sobre todo fósforo, así como selenio, yodo, hierro y magnesio. Contienen algunas vitaminas del grupo B como la B12, la B6 y la niacina, así como cantidades significativas de vitaminas liposolubles E y D (que ayudan a absorber el calcio).
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Receta de pasta con sardinas al estilo de Palermo
Receta de pasta con sardinas inspirada en una receta típica de Palermo, con cebolla, poro y hierbas aromáticas.
- Sardinas. El contenido de una lata de 120 gr. para una persona.
- 2 filetes de anchoas, completamente opcional.
- 1/2 cebolla, cortada en cuadraditos finitos.
- 1/2 poro o puerro, cortado a lo largo en cuatro y luego en rodajas finas. Debe hacer unas dos tazas.
- 2 dientes de ajo picado finito o cucharaditas de ajo molido.
- 1/4 de taza de perejil. Picado finito. Puede ser otra hierba de tu preferencia.
- 1/4 cucharadita de hierbas aromáticas secas. Yo uso la mezcla de finas hierbas o hierbas de Provenza, pero puedes usar otra que sea de tu preferencia.
- 2 cucharadas de aceite para el aderezo, puede ser aceite de oliva si lo prefieres.
- Ají o chile. Opcional. El que sea de tu preferencia, picado muy finito y en la cantidad que tu gusto y resistencia al picante decidan.
- 1/4 taza de aceite de oliva.
- ½ taza de agua caliente, opcional. Para que sea más untuosa la preparación y se mezcle con la salsa sirve el aceite de oliva, pero si no quieres que tenga tanta grasa puedes añadirle un poco de agua y menos aceite.
- Sal y pimienta al gusto
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Calienta una sartén con capacidad suficiente para contener toda la preparación y echa el aceite para el aderezo. Añade la cebolla, el poro y el ajo, y remueve para evitar que se quemen.
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Una vez que se hayan calentado, baja el fuego a medio-bajo para evitar que se quemen y lograr que se caramelicen ligeramente. Necesitará unos 10 minutos o más hasta que estén caramelizados.
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Añade un poco de sal y pimienta. No será la sazón final pero ayuda a que la cebolla y el poro suelten líquido.
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Añade las hierbas secas que estés utilizando, para que tengan tiempo de hidratarse y soltar su sabor. Revuelve bien.
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Si vez que está algo seca la preparación añádele unas dos cucharadas de aceite de oliva en la medida que lo necesite o agua caliente si lo prefieres. El aceite de oliva es una de las claves del sabor de este plato.
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Cuando estén transparentes la cebolla y el poro, es momento de añadir las sardinas. Si estás utilizando sardinas frescas debes darle unos minutos para que se cocinen, pero debes tener cuidado que no se sobrecocinen. Cambiarán de color cuando esté cocidas. Siempre revolviendo. Si utilizas sardinas de conserva sólo será necesario que se mezclen y tomen temperatura.
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Añade el perejil y sazona con sal y pimienta.
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Antes de terminar, verifica la consistencia y si lo consideras necesario añade más aceite o una mezcla de aceite y agua, de a pocos. Como es una salsa para pasta tiene que tener una consistencia suelta y untuosa.
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Verifica la sazón y ya estará listo.
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Sirve con la pasta de tu preferencia, el plato de la foto está servido con spaguetti integral.
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