Esta receta de mermelada de fresa sin azúcar es bastante fácil y se prepara muy rápido. En contraposición al valor nutricional de una mermelada convencional que es alta en calorías y no tan saludable, esta mermelada no tiene azúcar añadido, por lo que no tiene calorías vacías. Por otro lado, contiene chía, lo que le aporta fibra y también grasas omega 3, que son antiinflamatorias.
La chía tiene la concentración más alta de Omega 3 conocida hasta ahora, con un porcentaje del 58-65% en aceite omega 3. Con esta concentración, la chía se constituye como una de las mejores alternativas del mundo vegetal en cuanto a aporte de estas grasas saludables.
En las mermeladas convencionales el azúcar cumple la función de espesante y al mismo tiempo de conservante. También se le suelen agregar otros conservantes artificiales.
En las versiones sin azúcar se necesita utilizar otro ingrediente para lograr la consistencia espesa típica de la mermelada. Con ese fin se suele utilizar la colapez o agar agar (versión vegetal de la colapez), pero en esta versión he utilizado la chía como espesante.
Con esos ingredientes, puedes ponerle al pan esta mermelada de fresa sin azúcar, totalmente sin culpa y más bien tener la satisfacción de que estás utilizando un producto nutritivo.
El sabor quedó muy rico, la verdad que superó a otras mermeladas comerciales sin azúcar que he comprado antes.
Si te interesan las recetas con chía, prueba el pudín de mango y chía, en este mismo blog. Te dejo también la receta de una mermelada de arándanos y fresas sin azúcar.
Receta de mermelada de fresa sin azúcar
Receta de mermelada de mango y aguaymanto. Aunque tiene calorías, tiene una pequeña proporción de panela, que aporta vitaminas y minerales.
- 600 gramos de pulpa de mango, cortada en trozos pequeños, algo más grande que el tamaño de un dado. No es necesario mucha precisión porque se va a triturar luego en la preparación.
- 400 gramos de bayas de aguaymanto, cortadas en cuatro.
- 2 cucharadas de jugo de limón. Si utilizas menos peso de fruta puedes reducir un poco esta cantidad.
- 2 cucharadas de agua. Sirve para que no se queme la fruta al principio.
- 150 gramos de panela (15% del peso de la fruta). Puede ser granulada o en bloque. En caso de estar en bloque debes cortarla en trozos más pequeños. La cantidad de panela es baja porque el mango es una fruta bastante dulce y aunque el aguaymanto es un poco ácido, esa cantidad de panela es suficiente. De todas formas, puedes corregir de acuerdo a tu gusto antes de terminar la preparación. La idea es que la panela represente el 15% del peso total de la mezcla. Puedes utilizar otras cantidades de fruta, siempre que respetes la proporción.
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Coloca en una olla las frutas, la panela y el agua, y ponla a fuego mínimo. Al principio parecerá que no están calentando, pero es mejor hacerlo así porque sino la fruta se podría quemar. Cuando esté caliente la mezcla, deja que se cocinen las frutas a fuego bajo por unos 15 minutos. Revuelve de vez en cuando. Es aconsejable que no dejes la olla completamente tapada porque hace espuma y puede rebalsarse en algún punto.
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Transcurridos los 15 minutos, apaga el fuego y aplasta la fruta con un utensilio de los que se usan para aplastar papa o con un tenedor, para reducir el tamaño de los trozos y que quede más uniforme la textura. Si lo deseas puedes procesar la fruta con una licuadora de mano.
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Añade el limón, enciende el fuego nuevamente en nivel bajo y deja que siga hirviendo por unos 15 minutos más. Revuelve de vez en cuando.
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Transcurridos los 15 minutos, verifica el punto de la mermelada con la ayuda de una cuchara. Recoge una cucharada de la mermelada y déjala caer, debe estar espesa, pero no demasiado. Ten en cuenta que al enfriar va a espesar más. En caso necesario, déjala que hierva un poco más. Cuando alcance el punto deseado apaga el fuego.
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Cuando haya enfriado, coloca la mermelada en frascos y guárdala en el refrigerador.
Con las cantidades de la receta te va a salir aproximadamente medio litro de mermelada. Si crees que no vas a poder consumirla en un tiempo corto, distribúyela en frascos y congela lo que no vayas a utilizar. En el congelador puede durar incluso hasta meses.
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