
Aromatizada con eneldo, esta crema de calabacín o zucchini es sorprendentemente saludable. No lleva crema de leche o ningún otro producto lácteo, solo un puñado de nueces con el fin de espesarla, pero que al mismo tiempo completa el valor nutricional. Se prepara muy rápido y está deliciosa tanto fría como caliente.
El calabacín es una hortaliza que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, igual que otras frutas como la sandía y melón. Gracias a su contenido en mucílagos, suaviza el aparato digestivo y favorece el tránsito intestinal. Destaca como todas las hortalizas, por su gran contenido en agua, seguido de carbohidratos complejos y fibra. Es rica en vitaminas antioxidantes como la vitamina C y en vitaminas del complejo B, entre las que destacan especialmente los folatos. Además tiene buenos aportes de potasio, fósforo y de hierro.
Por su parte las nueces son unos de los frutos secos más beneficiosos desde el punto de vista de la salud debido a la cantidad de nutrientes que contienen, llegando a ser consideradas un “superalimento”. Son ricas en ácidos grasos omega-3, proteínas, fibra, antioxidantes, vitaminas y minerales esenciales.
Finalmente las hierbas y especias como el eneldo, aportan beneficios para la salud. Contienen sustancias antioxidantes y antiinflamatorias.
A continuación comparto la receta de esta crema de calabacín.
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Receta de crema de calabacín con nueces y eneldo

Receta de crema de calabacín con nueces y eneldo. Todos sus ingredientes tienen buen valor nutricional.
- ½ cebolla cortada en cuadraditos chiquitos.
- 1 diente de ajo picado finito o cucharadita de ajo molido.
- 500 gramos de calabacín, cortado por la mitad a lo largo y cortado en rodajas finas. Aproximadamente un calabacín mediano.
- 2 a 3 tazas de caldo de pollo o de vegetales.
- 1 cucharadita de eneldo seco. Si usas eneldo fresco podría ser una cucharada. Considera una cantidad adicional como adorno.
- 1/2 taza de nueces o pecanas. Obtienes mejor sabor si es que están tostadas en el horno, pero no es estrictamente necesario.
- ½ cucharada de jugo de limón.
- Sal y pimienta al gusto.
- 3 cucharadas de aceite de oliva y algo más para rociar en el plato.
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En una olla con capacidad suficiente bien caliente, agrega dos cucharadas de aceite de oliva y pon a soasar la cebolla junto con el ajo, revolviendo con frecuencia por unos 2 a 3 minutos o hasta que la cebolla se vea suave y translucida. No dejes que tome color marrón.
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Añade el calabacín, dos tazas de caldo, sazona con sal y pimienta, y deja que comience a hervir. Pon el fuego a bajo, cubre con la tapa y deja que cocine por unos 10 minutos o hasta que el calabacín esté suave. Apaga el fuego.
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Añade el eneldo y las nueces a la sopa.
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Procesa la sopa en la olla con la ayuda de una licuadora de mano o si lo prefieres utiliza el vaso de la licuadora. Dependiendo de la capacidad del vaso podrías necesitar procesar más de un lote. Si la procesas cuando aún esta caliente, ten cuidado de no llenar hasta más de la mitad del vaso y dejar abierto el agujero de la tapa. Adicionalmente puedes colocar encima de la tapa un paño de cocina.
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Añade el jugo limón y el aceite restante. Prueba la sazón y ajusta en caso de ser necesario. Agrega caldo, en caso de ser necesario.
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Sirve la sopa en tazones, decora con un chorrito de aceite de oliva y espolvorea con eneldo.
- Esta crema de calabacín puede congelarse por hasta 3 meses. Para descongelarla colócala en el refrigerador por 12 a 24 horas, hasta que esté completamente descongelada.
- Sírvela fría o caliéntala a fuego bajo hasta que llegue a la temperatura deseada.
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