
La mantequilla de maní y la linaza molida se combinan para hacer una galleta deliciosa y saludable. Estas galletas son altas en proteína, no contienen gluten y no contienen carbohidratos refinados. También son un excelente refrigerio. En este post comparto la receta de estas galletas de mantequilla de maní y linaza.
Estas galletas de mantequilla de maní y linaza son una excelente opción para el desayuno o esas mañanas en las que estás en movimiento y no tienes tiempo para preparar el desayuno antes de salir corriendo para comenzar tu día. También es otra excelente manera de incorporar la linaza a tu dieta.
Linaza, un superalimento
La linaza es un superalimento, pero su consumo no es común y algunos pueden no estar acostumbrados a su sabor. Cuando mi hija, que tiene un gusto muy selectivo para los ingredientes fuera de lo común en la repostería las probó y le gustaron, sabía que serían un éxito.
La linaza así como otras semillas como el ajonjolí o sésamo, las semillas de calabaza, la chía o las semillas de girasol, tienen un gran valor nutricional que aportan grasas saludables (omega 3), fibra, proteína, vitaminas y minerales. Las semillas de linaza provienen de la planta de lino y son ricas en grasas saludables, fibra y proteínas.
La linaza generalmente se utiliza para mejorar la salud digestiva o aliviar el estreñimiento. También puede ayudar a reducir el colesterol total en sangre y los niveles de lipoproteína de baja densidad (LDL, o colesterol «malo»), lo cual puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedad cardíaca.
Por su parte, la mantequilla de maní es deliciosa para muchos de nosotros y el hecho de poder untarla en casi cualquier alimento; como plátanos, galletas, gelatina, sándwiches o panqueques, la hace aún mejor. Aún así tiene excelente valor nutricional.
Si te gustaron estas galletas, mira la receta de las galletas de avena y mantequilla de maní, en este mismo blog.
Receta de galletas mantequilla de maní y linaza

Se incluye receta saludable de las populares galletas de mantequilla de maní o cacahuate, a base de avena y mantequilla de maní.
- 2/3 de taza de avena en hojuelas, la del desayuno o harina de avena.
- 1/2 taza de harina integral.
- 1 cucharadita de canela molida.
- 1 cucharadita de polvo de hornear.
- 1 huevo ligeramente batido. Si es de gallina de corral mejor.
- ¾ de taza de mantequilla de maní, a temperatura ambiente.
- ½ taza de panela. Puedes usar otro endulzante como miel o jarabe de maple o agave o simplemente azúcar común si lo prefieres. Para asegurarte del punto de dulce te sugiero que pruebes la masa.
- 1 cucharada de leche del tipo que prefieras. Solo si la masa te queda muy dura y es difícil de amasar. Si usas algún endulzante líquido, la masa quedará más maleable.
- 1/2 taza de chispas de chocolate, de preferencia con bajo contenido de azúcar. Este ingrediente es opcional y en la preparación de la foto no las usé.
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En un tazón mediano mezcla la avena, la harina, la canela y el polvo de hornear. Reserva.
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En otro tazón quiebra el huevo y bátelo ligeramente, básicamente para que se mezclen bien la clara y la yema. Añade la mantequilla de maní y el endulzante que estés utilizando. Ahora debes mezclar para que se integren, con la ayuda de una espátula. Esta tarea puede que requiera fuerza, dependiendo de si la mantequilla de maní está suelta o no. Si utilizas un endulzante líquido se facilitarán un poco las cosas.
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Cuando ya tengas una masa uniforme, integra los ingredientes secos y sigue mezclando hasta que se integren todos los ingredientes. Lo más práctico será que uses las manos para integrar los ingredientes.
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En el improbable caso de que la mezcla te quede muy suelta, puedes agregarle un poco más de avena o de harina, por cucharadas.
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Añade las chispas de chocolate, si las estás utilizando y mezcla nuevamente para que se integren.
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Para hacer las galletas, utiliza una cuchara, de manera que te salgan de un tamaño uniforme. Con la ayuda de la cuchara saca un poco de masa y moldea una bola con las dos manos. Cuando tengas la bola bien moldeada, la aplastas entre las dos manos, para obtener un disco, de aproximadamente un centímetro de alto.
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Coloca las galletas en una fuente de horno sobre una lámina de silicona o sobre papel encerado.
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Coloca la bandeja en el horno precalentado a 180°C y déjalas por unos 10 minutos. Al cabo de ese tiempo ya estarán listas aunque podrá parecer que están muy suaves, pero eso es normal por la temperatura. Si las quieres más crocantes déjalas en el horno un par de minutos más.
Estas galletas pueden mantenerse en buen estado hasta por una semana si las pones en un recipiente cerrado a temperatura ambiente.
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