El estrés es una reacción natural del organismo ante una amenaza real o percibida. Es algo que conservamos desde hace miles de años y de alguna manera ha ayudado a que podamos sobrevivir hasta hoy como especie. Ante un estímulo de estrés, el organismo desencadena una serie de procesos químicos orientados a ofrecernos las mejores condiciones para sobrevivir a cualquier amenaza. En este post describo cuál es la fisiología del estrés en nuestro organismo.
¿El estrés puede ser bueno y malo al mismo tiempo?
¿Puede el estrés ser bueno y malo al mismo tiempo? Ocurre que nuestras creencias acerca de si el estrés es benéfico o perjudicial juegan un importante rol en ayudar a obtener las ventajas que este puede ofrecer. Por ello es importante conocer cuáles son nuestras creencias sobre el estrés y cómo impactan en nuestro rendimiento. A partir de ello, desarrollar algunas estrategias para optimizarlo, de tal forma que podamos aprovechar la fisiología del estrés para nuestro beneficio.
Para entender por qué es posible que el estrés sea bueno para nosotros, primero tenemos que entender cómo es que funciona la fisiología del estrés.
La fisiología del estrés está diseñada para ayudarnos
El estrés está diseñado para ayudarnos. Cuando nuestros ancestros se encontraban con una fiera, la fisiología del estrés les daba energía y enfoque, ya sea para atacar y matar a la fiera o para escapar. Esta respuesta de “pelea o huida” era crítica para la supervivencia.
Dicha respuesta es aún importante en estos días cuando necesitamos actuar para responder a una amenaza o un reto. En esos casos, nuestro cuerpo responde de la misma manera que hace miles de años, sin ser capaz de distinguir entre la amenaza de una fiera o la presión por llegar a la meta de ventas. Lo que es peor, las condiciones de la vida moderna nos mantienen casi en forma permanente en ese modo de pelea o huida, lo que lejos de ser benéfico, es muy perjudicial para la salud. En la siguiente sección explico los cambios que se dan en el cuerpo de acuerdo con la fisiología del estrés.
Fisiología del estrés
- Se segregan las hormonas del estrés: adrenalina (epinefrina y norepinefrina) y cortisol, que actúan como mensajeros para alertar al cuerpo para que se prepare para la acción.
- Se movilizan reservas de energía (glucosa, aminoácidos y ácidos grasos) desde donde están almacenados hacia los músculos críticos. Esto le da los insumos al cuerpo para la acción y mantiene el cerebro alerta para reaccionar rápidamente.
- Se incrementa el ritmo cardíaco, la respiración y la presión sanguínea para acelerar el transporte de nutrientes y el oxígeno a los músculos y el cerebro. Al mismo tiempo, la energía que normalmente se utilizaría para procesos de largo plazo como el crecimiento, la digestión y la reproducción, se redireccionan para las necesidades más inmediatas.
- Los músculos se tensan para que el cuerpo pueda desarrollar mayor velocidad y mayor fortaleza. Las pupilas se dilatan para agudizar la vista y se incrementa la transpiración, para prevenir el sobrecalentamiento por el incremento en el ritmo del metabolismo.
- La función inmunológica también recibe un impulso de energía como anticipación a posibles heridas o infecciones. Sin embargo, cuando se da una respuesta de estrés continua en el largo plazo (estrés crónico) la fisiología del estrés suprime o desregula las respuestas inmunológicas tanto la innata como la adaptativa. Por esa razón es que en el mundo agitado que vivimos, la baja en la función inmunológica que produce el estrés crónico, es el origen de muchos problemas y en particular el cáncer.
Respuesta fisiológica del estrés – Cierre
En esencia, la fisiología del estrés es un conjunto de herramientas que nuestro cuerpo usa para proveernos la energía que necesitamos para responder a los retos o amenazas a los que nos enfrentamos.
Eso significa desde ayudarnos a “pelear o huir” contra un peligro inminente, estar motivados en relación a un reto, estar dispuestos a ayudar a otros o pedir ayuda si estamos en problemas. Por otro lado, nos ayuda a aprender y crecer a partir de experiencias difíciles. Eso es algo bueno. El problema es que no todas las herramientas trabajan de la misma manera en todas las situaciones. Algunas veces necesitamos una sierra eléctrica y otras veces solo una tijera.
El objetivo de la fisiología del estrés es proveernos de energía donde la necesitamos y cuando la necesitamos. Nuestras creencias acerca del estrés pueden ayudar en el proceso o pueden perjudicarnos.
Si quieres saber más sobre este tema lee Consecuencias del estrés en los sistemas del organismo, en este mismo blog
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