Frijoles negros con melaza y chile

Pon a hervir los frejoles en una olla con capacidad suficiente, con agua que los cubra al menos dos dedos por encima. Añádele la cebolla para la cocción cortada en trozos. Enciende el fuego y una vez que rompa a hervir bájalo a fuego medio y déjalo por unos 30 a 40 minutos, dependiendo de los frejoles o hasta que estén suaves. Si lo prefieres puedes usar una olla a presión, en cuyo caso el tiempo de cocción deberá ser alrededor de 20 minutos. En todo caso, si es la primera vez que trabajas con este tipo de frejol, deberás revisarlo constantemente hasta que esté cocido. En ese momento apagas el fuego y reservas.

Mientras que el frejol se cocina puedes preparar el aderezo. Para ello pon a calentar en una sartén dos cucharadas de aceite neutro y sofríe la cebolla con el ají que estés utilizando y el ajo, junto con la rama de canela y los clavos, revolviéndolos por unos dos minutos.

Sazona con sal y pimienta, bájale el fuego y dejalo cocinar por unos dos minutos más para que se impregnen los aromas de la canela y el clavo. El punto de sal debe estar un poco subido porque luego se va a mezclar con el frejol.

Apaga el fuego del aderezo y deja reposar hasta que esté listo el frejol, pero no te olvides de retirar antes la rama de canela y los clavos.

Antes de mezclar el frejol con el aderezo, recomiendo licuar al menos una parte del frejol, ya que así queda con una mejor consistencia. Yo prefiero en este caso licuarlo todo, pero dependerá de tu gusto. Si prefieres licuar una parte, separa el frejol del agua con la ayuda de un colador y reserva aproximadamente la mitad del frejol en la olla donde va a ir la preparación final. Licúa la otra mitad agregándole agua de a pocos, para ayudar a la licuadora, pero cuidando de no excederte porque sino quedará muy líquida la preparación.

Mezcla el frejol entero, con el licuado, con el aderezo y la chancaca en una olla, prende el fuego a potencia media, deja que se disuelva la chancaca y que se integren bien los sabores, revolviendo constantemente por un par de minutos una vez que comience a hervir.

Prueba la sazón y rectifica en caso de ser necesario.

La consistencia debe ser algo aguada porque si está muy seca no es fácil de manejar y particularmente a mi no me gusta. En caso de que lo consideres necesario, añádele agua de la cocción de a pocos hasta lograr la consistencia deseada y rectifica la sazón. Las menestras absorben parte del agua conforme pasa el tiempo, por lo que la consistencia debe quedar un poco más aguada de lo que te gustaría.

Sírvelo con el acompañamiento de tu preferencia. El plato de la foto está acompañado con arroz cocido con un poco de cilantro molido, que le combina muy bien.