Delicioso y saludable pesto de tomate seco con pecanas y lleva albahaca para darle aroma. Es apto para vegetarianos y veganos.
- 50 gramos de tomates secos
- 80 gramos de pecanas. Pueden ser nueces si lo prefieres.
- 1/2 taza de hojas de albahaca. Dependiendo del gusto esta cantidad puede ser menor o mayor.
- 2 dientes de ajo, picados en trozos.
- ½ cebolla mediana picada en forma gruesa.
- 1/3 taza de aceite de oliva.
- Sal y pimienta al gusto.
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Remoja los tomates secos en agua caliente por espacio de 10 minutos o hasta que se vea que están suaves.
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Lava las hojas de albahaca para eliminar cualquier resto de tierra que pudieran tener. Si no tienes seguridad de la procedencia, es recomendable que las desinfectes en agua con una solución de las que existen para ese fin. Pica las hojas de albahaca en forma gruesa, para lograr que no queden trozos grandes luego de procesar.
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Cuela los tomates y reserva el agua del remojo porque la vas a necesitar luego para hacer más suelta la preparación. Para ayudar al procesador, puedes picar los tomates en trozos.
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Coloca una cucharada de aceite de oliva en una sartén caliente y luego añade la cebolla y los ajos, baja el fuego a medio y deja que se soasen por un par de minutos aproximadamente. Vuelca la cebolla y el ajo soasados en el recipiente del procesador de alimentos.
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Agrega los tomates al procesador y enciéndelo hasta que se haga una pasta. Para ayudar puedes agregar agua del remojo por cucharadas.
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Añade las nueces utilizadas, el resto del aceite de oliva y algo de sal. Mantén encendido el procesador hasta lograr una consistencia fina, hasta donde se puede llegar con un procesador. La salsa no va a estar aún suelta como para mezclarla con la pasta.
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Añade finalmente la albahaca y procesa un tiempo más hasta que se haya integrado.
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Para terminar la salsa vuelca el contenido del tazón del procesador en una olla y enciende el fuego en mínimo. Agrega agua del remojo de los tomates y revuelve para que se mezcle bien. Si está muy espesa agrega más agua y si lo prefieres algo de aceite de oliva. Revuelve para que se integren. Repite la operación hasta que obtengas una consistencia suelta que pueda mezclarse con la pasta. En caso se te acabe el agua del remojo, puedes utilizar agua caliente o caldo de vegetales si es que lo tuvieras.
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Sazona con sal y pimienta, verifica la sazón y rectifica en caso de ser necesario.