
Los efectos positivos de mantener una vida activa no son para nadie desconocidos. Entre estos se encuentran el control del peso, reducción del riesgo de hipertensión o diabetes, o ayudar a la salud mental. Esos beneficios del ejercicio también aplican en el caso del cáncer, ya que no solo puede ayudar a reducir el riesgo de enfermar, sino también puede apoyar en el tratamiento y la recuperación. A continuación explico un poco más sobre la relación entre el ejercicio y cáncer.
El ejercicio puede ser el mejor tratamiento para el cáncer
De acuerdo con especialistas de la Clínica Mayo, la actividad física puede ayudar a los pacientes antes, durante y después del tratamiento de cáncer. Es normal que los familiares del paciente se preocupen porque descanse, pero la inactividad puede llevar a un deterioro de sus funciones. Las investigaciones realizadas sobre el tema nos dicen que en general es mejor moverse que descansar.
Naturalmente, antes de comenzar es importante discutir con el médico tratante cuál es la rutina de ejercicio más adecuada. Si la persona no está acostumbrada a hacer ejercicio, es mejor comenzar de a pocos. Por ejemplo, caminar es una buena forma de iniciar y es suficiente para comenzar a desarrollar los músculos e incrementar la resistencia.
Los tratamientos que existen actualmente para el cáncer, aunque tienen cada vez una mayor eficacia, son tóxicos de distintas formas. Dichos tratamientos tienen efectos fisiológicos y psicológicos en el corto y largo plazo. Esos efectos incluyen dolor, deterioro del estado físico general, fatiga, deterioro de la función inmunitaria y en definitiva una reducción de la calidad de vida.
El interés por la actividad física como una forma de prevención del cáncer está en aumento, a medida que se siguen acumulando evidencias sobre su efecto protector. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer estima que el 25% de los casos de cáncer a nivel mundial son causados por el sobrepeso y la obesidad, y un estilo de vida sedentario. El ejercicio es una estrategia interesante de prevención del cáncer porque tiene el potencial de beneficiar distintos aspectos de la salud, además de reducir el riesgo de algunos tipos de cáncer.
El ejercicio fortalece el sistema inmunológico
Un aspecto importante en la relación entre el ejercicio y cáncer es sobre el sistema inmunológico. El cáncer consigue desarrollarse porque el sistema inmunológico de la persona no está funcionando en forma óptima. En un cuadro de cáncer siempre hay un sistema inmunológico débil.
Cuando hacemos ejercicio se acelera el ritmo cardíaco y eso hace que haya mayor circulación de sangre y se incrementa la respiración, para abastecer la mayor cantidad de oxígeno requerida. Adicionalmente se produce el sudor, que ayuda a eliminar las toxinas.
Todas estas reacciones activan el sistema inmunológico, movilizando las células especializadas en la sangre, los nódulos linfáticos y en todos los tejidos. De esa manera se incrementa la probabilidad de que dichas células detecten y destruyan los patógenos existentes.
Lo anterior está relacionado con la función del sistema inmunológico innato. Adicionalmente, el ejercicio activa las células T, parte del sistema inmunológico adaptativo, que están especializadas en detectar las células infectadas o defectuosas, como las cancerosas. El ejercicio permanente a lo largo de la vida, ayuda a mantener alerta y en buen estado al sistema inmunológico.
El ejercicio en la prevención del cáncer
De acuerdo con un considerable número de estudios, que examinaron la relación entre ejercicio y cáncer (algunos de los cuales se encuentran referidos al final de este post), el ejercicio puede reducir el riesgo de desarrollar un cáncer nuevo (no derivado de otro cáncer). Las principales razones se relacionan con una reducción en la acumulación de grasa y en la obesidad, y a cambios en la función inmunitaria.
Beneficios del ejercicio en pacientes con cáncer
Igualmente, diversos estudios que analizaron el efecto de programas de ejercicio que combinan ejercicios aeróbicos y de resistencia, han demostrado consistentemente que la actividad física tiene efectos benéficos sobre el estado físico y la calidad de vida en pacientes con cáncer o sobrevivientes de cáncer.
Dichos beneficios impactan en la capacidad funcional, fortaleza y bienestar físico, peso y composición del cuerpo, flexibilidad, fatiga, nausea, diarrea, dolor, depresión, ansiedad, estado de ánimo, autoestima, satisfacción con la vida y calidad de vida en general.
A partir de esos estudios la Sociedad de Estados Unidos para el Cáncer recomienda a los pacientes de cáncer que incorporen rutinas de ejercicio, en la medida de sus posibilidades.
Un estudio en particular concluyó que un programa de seis semanas de ejercicios para un paciente con cáncer que está bajo régimen de quimioterapia, podría llevar a una reducción en los síntomas y efectos secundarios de la quimioterapia.
También para los pacientes de cáncer con cuidados paliativos
En un estudio se encontró que el ejercicio físico, realizado en forma estructurada a cargo de un fisioterapeuta, puede representar beneficios para pacientes de cáncer con poca esperanza de vida y a los que se les ha indicado cuidados paliativos. Después de 6 semanas los pacientes experimentaron una reducción significativa en la fatiga física y mostraron mejoras tanto en el aspecto emocional como funcional.

Relación entre el ejercicio y cáncer – Resumen
Los estudios mencionados sugieren que el ejercicio puede ayudar a los sobrevivientes de cáncer a una mayor esperanza de vida, a través de reducir el riesgo de recurrencia de la enfermedad o ralentizar el avance del cáncer. Adicionalmente, reducir el riesgo de desarrollar otras condiciones que puedan atentar contra la vida, entre ellas el desarrollo de nuevos tumores.
A grandes rasgos, los beneficios derivados de la relación entre ejercicio y cáncer son:
- Reducción de la incidencia de depresión y ansiedad
- Mayor nivel de energía y fortaleza física
- Reducción en el dolor
Si consideras que hacer ejercicio podría no ser algo seguro en tu situación particular, dado que tu condición física esté disminuida como consecuencia de los tratamientos, consulta con tu médico.
Practicar un mínimo de ejercicio como caminar en forma pausada o simplemente hacer movimientos suaves de las extremidades, como ocurre con el tai chi o el chi kung, puede producir enormes beneficios en el estado general del paciente.
Referencias
- Exercise During Cancer Treatment
- Weight control and physical activity in cancer prevention: international evaluation of the evidence
- Amount, type, and timing of recreational physical activity in relation to colon and rectal cancer in older adults: the Cancer Prevention Study II Nutrition Cohort
- Review of anthropometric factors and breast cancer risk
- The impact of exercise on the immune system: NK cells, interleukins 1 and 2, and related responses
- The effect of a multidimensional exercise programme on symptoms and side-effects in cancer patients undergoing chemotherapy—The use of semi-structured diaries
- A review of the benefits of whole body exercise during and after treatment for breast cáncer
- The effect of a physical exercise program in palliative care: A phase II study
- Exercise in cáncer
- Your secret weapon during cancer treatment? Exercise!
- Exercise as part of cancer treatment
Descargo de responsabilidad: El contenido de este artículo es exclusivamente con propósitos informativos y de orientación. No tiene la intención, ni debe ser utilizado como reemplazo de un diagnóstico y tratamiento médico.
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